La coalición aboga por un cambio radical en la gestión turística para proteger la
calidad de vida insular y sus ecosistemas
Izquierda Unida Canaria (IUC), en coalición con Sumar, está llamando la atención
sobre los crecientes problemas generados por el turismo de masas en Canarias.
Esta situación, exacerbada por récords de llegadas turísticas que se espera
sobrepasen los 17 millones de visitantes este año, ha puesto de manifiesto la
incapacidad del modelo turístico actual para beneficiar a la población local.
«Canarias no puede seguir siendo vista solo como un destino vacacional. Los y las
residentes están sufriendo las consecuencias de un modelo que prioriza a los
turistas por encima de la población local», expresó Manu Pineda, candidato de
Izquierda Unida en la lista de Sumar para el Parlamento Europeo. «Las cifras de
turismo no se corresponden con una mejora en la calidad de vida de los canarios,
sino todo lo contrario. Las tasas de pobreza y empleo precario siguen siendo
alarmantes en el archipiélago», agregó.
La gentrificación, la saturación de los servicios públicos, y un acceso cada vez más
limitado a la vivienda son solo algunas de las repercusiones directas del turismo
descontrolado. Además, el consumo de recursos como el agua es
desproporcionadamente alto entre los turistas, con un consumo medio estimado de
300 litros por día, en comparación con los 130 litros que utiliza diariamente la
población local.
Luisa Tamayo, Coordinadora Nacional de IUC, señaló: «Estamos presenciando
cómo nuestros centros urbanos y playas se masifican, lo cual no solo afecta la
sostenibilidad ambiental de nuestras islas, sino que también deteriora la calidad de
vida de quienes aquí residen. Canarias tiene un límite y hemos alcanzado un punto
crítico donde es imprescindible reevaluar nuestro modelo económico y turístico.»
Desde Sumar-IUC, se propone la implementación de marcos regulatorios desde la
Unión Europea que permitan controlar la intensidad del turismo para que no agote
los territorios ni impacte negativamente en la vida de la gente y en los ecosistemas.
Estas regulaciones incluirían limitaciones a los pisos turísticos y una revisión
profunda de cómo y a quién beneficia realmente el turismo.
«El turismo no puede ser el motor económico de las islas si conduce a la destrucción
de nuestras comunidades. Debemos proteger Canarias de convertirse en
meramente un parque temático para visitantes, ignorando las necesidades de
quiénes aquí vivimos», afirmó Tamayo. «Es vital establecer una moratoria sobre
nuevas instalaciones turísticas y promover un turismo que sea compatible con la
vida local y que contribuya genuinamente al bienestar socioeconómico de las islas.»
Izquierda Unida Canaria y Sumar están movilizando apoyo y concienciación sobre
estos temas, instando a la ciudadanía y a las autoridades a repensar el modelo
turístico. «Desde Europa, lucharemos por regulaciones que aseguren un turismo
responsable y sostenible, que respete tanto a las personas locales como al medio
ambiente. Canarias no debe ser sacrificada por el beneficio económico de unos
pocos», concluyó Pineda.