En La Laguna, asistimos a un sorteo político cuyo premio gordo parece haber sido entregado con anticipación a unos pocos afortunados. Como Coordinador de Izquierda Unida en La Laguna y Secretario de Organización en Canarias, no puedo evitar ver el reciente pacto en La Laguna entre el PSOE y Coalición Canaria como el sorteo anticipado del gordo navideño, pero con un premio repartido entre muy pocos y un alto costo para la mayoría.
En el marco político de La Laguna, donde la izquierda transformadora había empezado a marcar una diferencia significativa, este pacto es un giro teatral digno de una tragicomedia. Durante el mandato 2019-2023, asistimos a políticas enfocadas en las clases populares, especialmente valiosas durante la crisis de la COVID-19, que han sido reconocidas por propios y extraños como hemos visto últimamente, aunque los regocijos los recojan otros. Sin embargo, el nuevo acuerdo entre el PSOE y Coalición Canaria es un recordatorio amargo de que en política, a menudo, los principios son tan efímeros como las promesas electorales.
Este pacto es un claro ejemplo de cómo el poder y los recursos se convierten en el gran premio, relegando a un segundo plano las necesidades de la ciudadanía. En un giro casi irónico, el PSOE se alinea con un partido que, hasta hace poco, era su antagonista. Coalición Canaria, por su parte, resurge de sus cenizas cual ave fénix, más afortunada que merecedora, en un escenario político que parece premiar más la astucia que la integridad.
La situación en La Laguna se asemeja a la lotería de Navidad, donde todos juegan esperando el gordo, pero solo unos pocos afortunados se llevan el premio. En este caso, el premio es el control del poder y los recursos, y los ciudadanos son meros espectadores en este juego de azar político. La lotería de Navidad, en su esencia, debería ser un juego de suerte, camaradería y esperanza, pero aquí se ha convertido en una metáfora de cómo los acuerdos políticos se hacen en las sombras, alejados de las verdaderas necesidades de la gente.
La alianza entre el PSOE y Coalición Canaria nos lleva a cuestionar la verdadera naturaleza de la política en España. ¿Es simplemente un juego de poder donde los principios y las ideologías son sacrificados en el altar de la conveniencia? Este pacto parece sugerir que sí. En un momento donde la claridad y la coherencia son más necesarias que nunca, los laguneros y laguneras se enfrentan a un gobierno cuya base parece ser la oportunidad más que la convicción.
Como lagunero, mi deber es señalar la ironía y el sarcasmo inherentes en este tipo de maniobras políticas. Coalición Canaria, desplazada anteriormente por sus prácticas clientelares cuestionables, ahora vuelve al poder no a través de un mandato claro del pueblo, sino a través de un acuerdo que huele más a negociaciones de pasillo que a un verdadero compromiso con el progreso del municipio.
Es crucial que la izquierda transformadora y los movimientos progresistas refuercen su voz en este contexto. La política no debe ser un juego de lotería donde el azar decide el futuro de los ciudadanos. Debe ser un compromiso firme con el bienestar colectivo, con políticas que reflejen las necesidades y aspiraciones de la población.
Este pacto también plantea interrogantes sobre la dirección futura de Aguere. ¿Cómo influirá esta coalición en la gestión de la ciudad y en las políticas que afectan directamente a sus gentes? ¿Se convertirá La Laguna en un tablero de ajedrez donde los movimientos se calculan en función del beneficio político más que del bienestar común?
Los ciudadanos deben mantenerse alerta y críticos. En una democracia, el poder emana del pueblo, y es responsabilidad de todos y todas asegurar que este poder se ejerza de manera justa y transparente. Los medios de comunicación y las redes sociales deben jugar un papel activo en este proceso, asegurando que la información sea accesible y que se fomente un debate saludable y constructivo.
Por otro lado, este pacto es un llamado a la reflexión para los partidos políticos. No están en el poder simplemente para servir a sus propios intereses o para jugar a la lotería política. Están allí para servir al pueblo, para trabajar hacia una sociedad más equitativa y justa. La política debe ser más que un juego de poder; debe ser una búsqueda de soluciones a los problemas reales que enfrentan las personas en su día a día.
La Laguna, como importante centro urbano en Canarias, merece una política que refleje sus valores y aspiraciones. Los líderes políticos deben esforzarse por ser verdaderos representantes del pueblo, trabajando incansablemente para abordar temas cruciales como la educación, la salud, el empleo y el medio ambiente.
En conclusión, el pacto entre el PSOE y Coalición Canaria no es solo una coalición política; es un símbolo de cómo el deseo de poder puede superar los principios y compromisos con el progreso y la justicia social. Como ciudadanos de La Laguna, debemos estar atentos y exigir que nuestras voces sean escuchadas. La política debe servir a las personas, no a los intereses partidistas o personales. El verdadero «gordo» en esta lotería política debería ser un gobierno comprometido con el bienestar y el progreso de los pueblos y barrios laguneros.
Saúl Alberola
Responsable de Organización de Izquierda Unida en Canarias y Coordinador de Izquierda Unida en La Laguna
